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Los perros son animales sociales por naturaleza y su comportamiento hacia otras personas puede variar dependiendo de su raza, socialización y experiencias previas. Generalmente, los perros muestran una gama de actitudes, que pueden incluir la amistad, la curiosidad y la protección.
Cuando un perro se siente cómodo y seguro, puede saludar a extraños con entusiasmo, moviendo la cola y acercándose para olfatear. Esta actitud amigable refleja su naturaleza social y su deseo de interactuar. Sin embargo, algunos perros pueden ser más reservados o tímidos, prefiriendo observar desde la distancia antes de acercarse a nuevas personas.
La actitud protectora también es común en muchas razas. Los perros pueden ser territoriales y mostrar desconfianza hacia extraños, ladrando o manteniendo una postura alerta. Esto se debe a su instinto de proteger a su familia humana.
La socialización temprana es clave para fomentar interacciones positivas con otras personas. Los dueños deben exponer a sus perros a diversas situaciones y personas, asegurándose de recompensar el buen comportamiento para promover una actitud amistosa y abierta. En resumen, las actitudes de los perros hacia otras personas son un reflejo de su personalidad y su entrenamiento, influenciadas por su entorno y experiencias.